Aplica tu corazón a la enseñanza, y tus oídos a las palabras de sabiduría. Proverbios 23: 23


sábado, 13 de diciembre de 2014

Cómo saber lo que quieres estudiar


Para muchas personas no es fácil decidirse por alguna carrera a nivel profesional.   Ello exige de un pensamiento crítico, un profundo conocimiento de uno mismo, una investigación del currículo de cada carrera; vocación, actitudes y capacidades para la profesión elegida, aparte de haber pasado por un proceso exploratorio -sería lo mejor-, que permita experimentar un anticipo, por decirlo así, de lo que se va a trabajar a futuro, o en lo que nos vamos a desempeñar.
Lo primero que deberíamos hacer, es investigar sobre las características del trabajo de la profesión escogida; qué estudios se requiere, cuáles son nuestras aptitudes mentales, cuáles son nuestros gustos, qué capacidades físicas poseemos y, por supuesto, qué  personalidad  nos caracteriza.

  

Características del futuro trabajo.  Este punto es muy importante, toda vez que se identifica con lo que realmente nos gustaría hacer en el futuro.  Hay profesiones que exigen un mayor trabajo físico, donde la persona va a estar en constante movimiento, y con muy pocas horas para permanecer sentado o en estado de quietud.  Es el caso, por ejemplo de la mayoría de los ingenieros, arquitectos,  educadores, enfermeras y músicos, si queremos mencionar algunos. 

Por otro lado están las actividades que por el contrario, exigen mayor trabajo mental y de quietud, que físico.  Algunos de ellos están enmarcados en el trabajo de oficina, jurídico y de medicina, entre otros. Estas características son determinantes, porque de ellas dependen el gusto que vayamos a experimentar por el trabajo,  el éxito que podamos alcanzar y la satisfacción de vernos realizados.

Exigencias académicas. Todas las profesiones, requieren de un cierto nivel de escolaridad o academia.  Cuando se habla de especialidad, se requiere de un grado mayor de estudio; otras por el contrario, menos especializadas, requerirán de menor profundización académica.

En ciertas profesiones, después de un programa de pregrado, se requiere seguir estudiando de uno a cuatro años más, hasta llegar a especialista, maestro o doctor; otras requieren de menor estudio, y mayor campo experimental. El conocer el nivel exigido de las distintas profesiones, nos evitará desperdicio de tiempo y esfuerzos, tanto en lo económico, como en lo físico.

Hay que aclarar, que a pesar de los bajos salarios de la actualidad, aún la experiencia demuestra, que mientras más largo sea el período formativo, mayores serán las oportunidades de mantenerse trabajando en el tiempo, y mayores podrían ser las compensaciones económicas.

Capacidad o aptitud mental.  No todas las personas tenemos las mismas capacidades mentales.  Lo que sí se ha demostrado, es la relación entre la capacidad mental o inteligencia, y el éxito alcanzado en la profesión.

Cuando se habla de capacidad mental, no se está refiriendo a la capacidad de acumular conocimientos; de hecho, muchas personas tienen la capacidad de acumular cantidad de conocimientos,  más no tienen éxito en sus profesiones.  Aquí me refiero a la capacidad en cuanto a sabiduría, para sortear ciertas situaciones, como por ejemplo, resolver problemas, tomar decisiones acertadas, hacer aportes pertinentes o propuestas inteligentes que lleven a lograr sobrepasar los objetivos; a conseguir cosas extraordinarias, incluso, que no se tenían planeadas, y que van a hacer que la persona alcance una posición de admiración y autoridad sobre el resto de los compañeros.

Podría darse el caso de personas insatisfechas con su trabajo, porque su capacidad mental sobrepasa las exigencias del mismo; o por el contrario; gente insatisfecha porque el grado de exigencia de su trabajo es mayor que el de sus capacidades; capacidades que en muchos casos están determinadas por su constitución genética o biológica, o por falta de una mejor preparación y experiencia de la vida.

Gustos.  Ocurre con frecuencia, que algunos jóvenes, orientados por sus padres o tutores, deciden estudiar lo que sus progenitores le sugieren. Es posible que acierten al seguir tales orientaciones; pero, en la mayoría de los casos, está comprobado, se fracasa.  Hay que tener en cuenta, que el ser humano es un producto de dos constituciones genéticas diferentes.  Generalmente opuestas en casi todo.  La mayoría de las parejas, tienen gustos diferentes, esto hace que se complementen.

Los hijos de una pareja, pueden tener tendencia al mismo gusto de alguno de los dos, o por el contrario, una combinación de ambas.  En todo caso, dado el contexto en que se desenvuelven, porque los tiempos y costumbres varían de una generación a otra,  marcan una diferencia con sus padres, aunque tengan mucho parecido, y la sociedad actual es muy cambiante, esto influye en los gustos.  

Podemos tomar como ejemplo, los avances tecnológicos.  Nuestros padres, no se levantaron con la tecnología existente actualmente ni con las tendencias de la época,  por lo que sus vocaciones no tienden a ser las mismas de los jóvenes actuales.  Conozco hijos de docentes, que optan por estudiar realización de cine y televisión, modelaje, cocina profesional o cualquier otra carrera, que en épocas pasadas, eran limitadas a cierto grupo o clase social, o simplemente, menospreciadas.  Anteriormente no se concebía que hijos de docentes, padres estudiosos, se inclinasen por tales vocaciones. 

Cualquiera que sea la decisión de estudio que se tome, debe tenerse muy presente el gusto por lo que se va a realizar.  No podemos afirmar que alguna carrera en especial produzca más dinero que otra; el éxito de la misma, está muy determinado por el gusto, la vocación y la dedicación que se tenga.  La persona que se siente a gusto con lo que hace, tiende a sobresalir y a tener mayores posibilidades de éxito.

Capacidades físicas.  Toda persona que piense en escoger una profesión, debe tener  en cuenta sus capacidades físicas y constitución anatómica.  Esto es también muy importante.  Una mujer de estatura muy baja y de contextura sencilla, por ejemplo, se le dificultaría atender como enfermera, a pacientes corpulentos.  Existen también personas con habilidades psicomotoras y destrezas bien desarrolladas, mientras que otras carecen de ellas.  Es aquí donde se pone en juego, las inteligencias múltiples.

Algunas profesiones exigen de mucha destreza y aptitud matemática; otras de especial capacidad para la coordinación motora.  Los que se dedican a la escritura, deben  poseer facilidad para redactar y vocación por la lectura. También debe tenerse en cuenta, la fortaleza física del individuo y su capacidad para soportar ciertos ambientes laborables.  No es lo mismo, trabajar en una oficina con buena ventilación y las comodidades propias de la misma, que trabajar en campo abierto, como en una mina, por ejemplo.  El clima juega un papel importante en la salud de las personas.

Existen ciertos tipos de profesiones, como es el de educador físico, deportista, militares y otros, que requieren de fortaleza física.  Inclusive, el temperamento de una persona, también debe ser adecuado al tipo de profesión.  Un docente de preescolar y primaria, necesita de mucha paciencia y amor para sus estudiantes.  No todas las personas tienen esta capacidad.

La personalidad.  La personalidad se refiere a la totalidad de la persona.  Es la manifestación de lo que somos interior y exteriormente;   de lo que hacemos, y de lo que pensamos. El resultado de todas nuestras reacciones frente a todos los ámbitos. 

Cuando hablamos de desenvolvimiento profesional o laboral, tenemos que tocar las relaciones públicas y humanas, necesarias en todos los aspectos de nuestra vida, porque todos dependemos, de una u otra manera, de los demás.  Recordemos el lema, de que el hombre es un ser social por naturaleza. 

A pesar de que también se constituye en un dilema, aceptar el temperamento y personalidad de los otros.  Debemos en todo momento, procurar trabajar cómodamente y sin conflictos con los demás, para alcanzar el éxito deseado.  Para esto se requiere un ajuste de nuestra propia personalidad y recordar también la famosa regla de oro: “No hagas a otro, lo que no quieres que te hagan a ti”.   Esto es muy importante.  Como también  es muy importante saber que cada persona es un mundo.

Ahora bien, ciertas profesiones requieren de mayor práctica de las relaciones humanas, como por ejemplo, cuando nos toca estar en contacto permanente con los clientes de una empresa, o como jefe de personal de una fábrica.  Para este tipo de trabajo, se requiere la capacidad de comunicarnos de manera eficiente y cordial.  Debe gustarnos estar en permanente relación con la gente.

Si por el contrario, pertenecemos al tipo de  persona introvertida, debemos elegir una profesión en la que nos mantengamos en menos contacto con el público.  El trabajo científico por ejemplo, y el de escritor, requiere de menos contacto físico con la gente.  Además, usted puede ser una persona de esas, que se desenvuelve mejor escribiendo, que hablando.

Por último, destaca el hecho de que algunas instituciones educativas, suelen aplicar un test o prueba de elección vocacional, dirigido a determinar, la inteligencia, capacidad de dirección, motivaciones, intereses, rendimiento, afición, aptitud, personalidad y  capacidad de resistencia, entre otros. Sería bueno, ensayar con algunos de estos test, para confirmar nuestra tendencia.

Por todo lo anterior, antes de elegir qué profesión escoger, hagamos un análisis de todos los ítems planteados en este artículo.




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