Para muchas personas no es fácil decidirse por alguna carrera a
nivel profesional. Ello exige de un pensamiento crítico, un profundo
conocimiento de uno mismo, una investigación del currículo de cada carrera;
vocación, actitudes y capacidades para la profesión elegida, aparte de haber
pasado por un proceso exploratorio -sería lo mejor-, que permita experimentar
un anticipo, por decirlo así, de lo que se va a trabajar a futuro, o en lo que
nos vamos a desempeñar.
Lo primero que deberíamos hacer, es investigar sobre las características
del trabajo de la profesión escogida; qué estudios se requiere, cuáles son
nuestras aptitudes mentales, cuáles son nuestros gustos, qué capacidades
físicas poseemos y, por supuesto, qué
personalidad nos caracteriza.
Características del futuro trabajo. Este punto es muy importante, toda
vez que se identifica con lo que realmente nos gustaría hacer en el futuro.
Hay profesiones que exigen un mayor trabajo físico, donde la persona va a
estar en constante movimiento, y con muy pocas horas para permanecer sentado o
en estado de quietud. Es el caso, por ejemplo de la mayoría de los
ingenieros, arquitectos, educadores, enfermeras
y músicos, si queremos mencionar algunos.
Por otro lado están las actividades que por el contrario,
exigen mayor trabajo mental y de quietud, que físico. Algunos de ellos están enmarcados en el
trabajo de oficina, jurídico y de medicina, entre otros. Estas características son determinantes, porque de ellas dependen
el gusto que vayamos a experimentar por el trabajo, el éxito que podamos alcanzar y la
satisfacción de vernos realizados.
Exigencias académicas. Todas las profesiones, requieren de un
cierto nivel de escolaridad o academia. Cuando
se habla de especialidad, se requiere de un grado mayor de estudio; otras por
el contrario, menos especializadas, requerirán de menor profundización
académica.
En ciertas profesiones, después de un programa de pregrado, se
requiere seguir estudiando de uno a cuatro años más, hasta llegar a especialista,
maestro o doctor; otras requieren de menor estudio, y mayor campo experimental.
El conocer el nivel exigido de las distintas profesiones, nos evitará
desperdicio de tiempo y esfuerzos, tanto en lo económico, como en lo físico.
Hay que aclarar, que a pesar de los bajos salarios de la
actualidad, aún la experiencia demuestra, que mientras más largo sea el período
formativo, mayores serán las oportunidades de mantenerse trabajando en el
tiempo, y mayores podrían ser las compensaciones económicas.
Capacidad o aptitud mental. No todas las personas tenemos las mismas capacidades
mentales. Lo que sí se ha demostrado, es
la relación entre la capacidad mental o inteligencia, y el éxito alcanzado en
la profesión.
Cuando se habla de capacidad mental, no se está refiriendo a la
capacidad de acumular conocimientos; de hecho, muchas personas tienen la
capacidad de acumular cantidad de conocimientos, más no tienen éxito en sus profesiones. Aquí me refiero a la capacidad en cuanto a
sabiduría, para sortear ciertas situaciones, como por ejemplo, resolver
problemas, tomar decisiones acertadas, hacer aportes pertinentes o propuestas inteligentes
que lleven a lograr sobrepasar los objetivos; a conseguir cosas
extraordinarias, incluso, que no se tenían planeadas, y que van a hacer que la
persona alcance una posición de admiración y autoridad sobre el resto de los
compañeros.
Podría darse el caso de personas insatisfechas con su trabajo,
porque su capacidad mental sobrepasa las exigencias del mismo; o por el contrario;
gente insatisfecha porque el grado de exigencia de su trabajo es mayor que el
de sus capacidades; capacidades que en muchos casos están determinadas por su
constitución genética o biológica, o por falta de una mejor preparación y
experiencia de la vida.
Gustos. Ocurre con frecuencia, que algunos jóvenes, orientados por sus
padres o tutores, deciden estudiar lo que sus progenitores le sugieren. Es
posible que acierten al seguir tales orientaciones; pero, en la mayoría de los
casos, está comprobado, se fracasa. Hay
que tener en cuenta, que el ser humano es un producto de dos constituciones
genéticas diferentes. Generalmente
opuestas en casi todo. La mayoría de las
parejas, tienen gustos diferentes, esto hace que se complementen.
Los hijos de una pareja, pueden tener tendencia al mismo gusto de
alguno de los dos, o por el contrario, una combinación de ambas. En todo caso, dado el contexto en que se desenvuelven, porque los tiempos y costumbres varían de una generación a otra, marcan una diferencia con sus padres,
aunque tengan mucho parecido, y la
sociedad actual es muy cambiante, esto influye en los gustos.
Podemos tomar como ejemplo, los avances tecnológicos. Nuestros padres, no se levantaron con la tecnología existente actualmente ni con las tendencias de la época, por lo que sus vocaciones no tienden a ser las mismas de los jóvenes actuales. Conozco hijos de docentes, que optan por estudiar realización de cine y televisión, modelaje, cocina profesional o cualquier otra carrera, que en épocas pasadas, eran limitadas a cierto grupo o clase social, o simplemente, menospreciadas. Anteriormente no se concebía que hijos de docentes, padres estudiosos, se inclinasen por tales vocaciones.
Podemos tomar como ejemplo, los avances tecnológicos. Nuestros padres, no se levantaron con la tecnología existente actualmente ni con las tendencias de la época, por lo que sus vocaciones no tienden a ser las mismas de los jóvenes actuales. Conozco hijos de docentes, que optan por estudiar realización de cine y televisión, modelaje, cocina profesional o cualquier otra carrera, que en épocas pasadas, eran limitadas a cierto grupo o clase social, o simplemente, menospreciadas. Anteriormente no se concebía que hijos de docentes, padres estudiosos, se inclinasen por tales vocaciones.
Cualquiera que sea la decisión de estudio que se tome, debe
tenerse muy presente el gusto por lo que se va a realizar. No podemos afirmar que alguna carrera en especial
produzca más dinero que otra; el éxito de la misma, está muy determinado por el
gusto, la vocación y la dedicación que se tenga. La persona que se siente a gusto con lo que
hace, tiende a sobresalir y a tener mayores posibilidades de éxito.
Capacidades físicas. Toda persona que piense en escoger una profesión, debe tener en cuenta sus capacidades físicas y
constitución anatómica. Esto es también
muy importante. Una mujer de estatura
muy baja y de contextura sencilla, por ejemplo, se le dificultaría atender como
enfermera, a pacientes corpulentos.
Existen también personas con habilidades psicomotoras y destrezas bien
desarrolladas, mientras que otras carecen de ellas. Es aquí donde se pone en juego, las
inteligencias múltiples.
Algunas profesiones exigen de mucha destreza y aptitud matemática;
otras de especial capacidad para la coordinación motora. Los que se dedican a la escritura, deben poseer facilidad para redactar y vocación por
la lectura. También debe tenerse en cuenta, la fortaleza física del individuo
y su capacidad para soportar ciertos ambientes laborables. No es lo mismo, trabajar en una oficina con
buena ventilación y las comodidades propias de la misma, que trabajar en campo
abierto, como en una mina, por ejemplo.
El clima juega un papel importante en la salud de las personas.
Existen ciertos tipos de profesiones, como es el de educador
físico, deportista, militares y otros, que requieren de fortaleza física. Inclusive, el temperamento de una persona,
también debe ser adecuado al tipo de profesión.
Un docente de preescolar y primaria, necesita de mucha paciencia y amor
para sus estudiantes. No todas las
personas tienen esta capacidad.
La personalidad. La personalidad se refiere a la totalidad de la persona. Es la manifestación de lo que somos interior
y exteriormente; de lo que hacemos, y
de lo que pensamos. El resultado de todas nuestras reacciones frente a todos
los ámbitos.
Cuando hablamos de desenvolvimiento profesional o laboral, tenemos
que tocar las relaciones públicas y humanas, necesarias en todos los aspectos
de nuestra vida, porque todos dependemos, de una u otra manera, de los
demás. Recordemos el lema, de que el
hombre es un ser social por naturaleza.
A pesar de que también se constituye en un dilema, aceptar el
temperamento y personalidad de los otros.
Debemos en todo momento, procurar trabajar cómodamente y sin conflictos
con los demás, para alcanzar el éxito deseado.
Para esto se requiere un ajuste de nuestra propia personalidad y
recordar también la famosa regla de oro: “No hagas a otro, lo que no
quieres que te hagan a ti”. Esto es muy
importante. Como también es muy importante saber que cada persona es un
mundo.
Ahora bien, ciertas profesiones requieren de mayor
práctica de las relaciones humanas, como por ejemplo, cuando nos toca estar en
contacto permanente con los clientes de una empresa, o como jefe de personal de
una fábrica. Para este tipo de trabajo,
se requiere la capacidad de comunicarnos de manera eficiente y cordial. Debe gustarnos estar en permanente relación
con la gente.
Si por el contrario, pertenecemos al tipo de persona introvertida, debemos elegir una profesión en la que nos mantengamos en menos contacto con el
público. El trabajo científico por
ejemplo, y el de escritor, requiere de menos contacto físico con la gente. Además, usted puede ser una
persona de esas, que se desenvuelve mejor escribiendo, que hablando.
Por último, destaca el hecho de que algunas instituciones
educativas, suelen aplicar un test o prueba de elección vocacional, dirigido a
determinar, la inteligencia, capacidad de dirección, motivaciones, intereses,
rendimiento, afición, aptitud, personalidad y
capacidad de resistencia, entre otros. Sería bueno, ensayar con algunos
de estos test, para confirmar nuestra tendencia.
Por todo lo anterior, antes de elegir qué profesión escoger, hagamos un análisis de todos los ítems planteados en este artículo.